La industria europea de transformadores eléctricos, parte central del sistema energético, se enfrenta a una situación de incertidumbre sin precedentes ante la fuerte subida de los precios de las materias primas, su escasez y volatilidad, así como los problemas de transporte en un momento en el que, además, está afrontando una mayor digitalización de la red eléctrica, tal y como adelantó AFBEL, la Asociación Española de Fabricantes de Bienes de Equipo Eléctricos de Alta y Media Tensión.
Actualmente, el mercado de los transformadores eléctricos mueve un volumen cercano a los 3.700 millones de euros. Su producción en Europa se valora en aproximadamente 4.700 millones de euros lo que le convierte en un sector netamente exportador.
La sociedad y la economía exigen un suministro de energía eléctrica de calidad y sin disrupciones que debe verse comprometido. Adicionalmente, el avance del cambio climático ejerce aún más presión sobre la resiliencia de la red. De hecho, la UE designó la generación, transporte y distribución de electricidad como infraestructuras críticas desde el inicio de la pandemia.
Garantizar el ecosistema de tecnología de energía limpia en Europa que pueda respaldar la transición energética hacia una Europa climáticamente neutra para 2050, debe ser prioritario ante las inversiones a gran escala que están acometiendo las redes eléctricas de Europa y también en España, confirma Mar Duque, Directora General de AFBEL.
Son tres los factores que están generando una tensión masiva en la cadena de suministro de la industria europea de transformadores: la impredecible evolución de los precios de las materias primas con aumentos de entre el 25 y 50% de los principales materiales como acero, aluminio, cobre y chapa magnética; la escasez de materias primas por la dinámica del mercado chino y las sucesivas olas pandémicas en Europa, especialmente de aluminio y cobre; y la crisis del transporte internacional con congestiones portuarias, baja disponibilidad de capacidad y también mayores tiempos de transporte terrestre debido a las medidas sanitarias en Europa.
Esta repentina evolución de los precios de las materias primas básicas no se refleja en ningún índice o contrato de material de referencia, lo que pone en riesgo a los fabricantes y, por lo tanto, pone en peligro la estabilidad general del ecosistema de la red eléctrica. “Los esfuerzos de los fabricantes europeos para asegurar la cadena de suministro y mantener su nivel de servicios están, en consecuencia, impactando masivamente en los costes y la competitividad tanto en los mercados locales y como de exportación”, subraya Mar Duque.
Por otra parte, la industria europea de los transformadores está experimentando un proceso de cambio ante la adaptación del nuevo reglamento de ecodiseño que entró en vigor el pasado 1 de julio de 2021. Esta transición se ha derivado en un nivel de mayor demanda y actividad por parte de los fabricantes en los últimos meses para poder estar preparados para los nuevos requerimientos.
Según advierte T&D Europe, la voz de los proveedores de tecnología de red de Europa, este duro periodo de volatibilidad e incertidumbre está debilitando la industria de los transformadores y requiere una estrecha colaboración entre todos los actores del sector energético para preparar el futuro de la energía europea.