«Desde su fundación, en 1969, esta empresa se ha caracterizado por su enfoque único en el sector: identificar los principales problemas del alumbrado exterior y resolverlos de manera ingeniosa a través de un intenso esfuerzo en I+D+i», explica Guillermo Redrado, vicepresidente de operaciones de la compañía, en un año ciertamente señalado para la empresa. ATP Iluminación, especialista en el diseño y la fabricación de alumbrado público de alta calidad a partir de polímeros técnicos de ingeniería, cumple medio siglo de existencia, y esta celebración supone una oportunidad inigualable para profundizar en la marca y reflexionar sobre su evolución hasta hoy.
Innovar, vocación desde el comienzo
A lo largo de sus 50 años de andadura, la innovación ha sido –y sigue siendo en la actualidad– el principal rasgo de identidad de la casa, y lo que le ha permitido crear un alumbrado exterior único en el mercado, que ofrece las más altas prestaciones e integra tecnologías ideadas y patentadas por la propia firma. «Ésa es nuestra esencia: hemos sido siempre una empresa orientada a resolver los problemas que vemos, precisamente, en los productos de nuestra competencia. Para nosotros es inconcebible que una farola mate de vez en cuando a una persona o a un perro, o que un municipio costero gaste miles de euros en el mantenimiento del alumbrado de su paseo marítimo», apunta Redrado.
Una historia de perfeccionamiento y mejora continua
ATP Iluminación decidió en sus comienzos que reinvertiría sistemáticamente en I+D+i la mayor parte de los beneficios que obtuviera, y así se ha hecho hasta hoy. Cuando la casa llegó al sector en 1969, tuvo que ganarse su sitio batiéndose con empresas que llevaban décadas presentes, y para conseguirlo fue necesario proponer algo distinto, que aportara unas ventajas notorias y exclusivas. Con esta idea, y tras una observación minuciosa de los puntos débiles del alumbrado público existente, la compañía desarrolló los polímeros técnicos de ingeniería con los que fabricaría todos sus productos. Gracias a estos materiales, ATP solventó los grandes problemas tradicionales de la iluminación exterior: la corrosión, el vandalismo y la electrocución.
La firma continuó destinando fondos a tecnología, infraestructura y talento, para perfeccionar progresivamente su producto, diferenciarse en innovación y concentrase en tres pilares: calidad, servicio y garantía. Sustentar esta manera de proceder requería una inversión fuerte cada año, pero los buenos resultados que se fueron cosechando demostraron la pertinencia de esta estrategia.
«Esta práctica, la voluntad de mejorar constantemente y ofrecer soluciones sólidas donde otros fracasaban, se convirtió poco a poco en una cultura de empresa. Una cultura que nos acompaña hoy en día y gracias a la cual contamos con unas instalaciones punteras, potentes medios técnicos, logísticos y humanos, y un producto con unas características únicas en el sector», manifiesta Redrado.
Soluciones en la era del LED
El afán por identificar problemas y ofrecer soluciones se extendió, hace algo más de una década, a la nueva tecnología que irrumpió en el mercado para quedarse: el LED. A través de la creación e implantación de dos avances técnicos, el Disipador Laminar® –con patente internacional– y el Difusor Confort®, la firma ha resuelto las desventajas básicas que esta fuente de luz ha manifestado en los últimos años: el sobrecalentamiento de los módulos y el deslumbramiento. Por otra parte, gracias a la combinación de sus materiales poliméricos y al diseño de una arquitectura interna especial para sus luminarias, ATP ha conseguido que sus puntos de luz sean inmunes a las sobretensiones, la tercera gran debilidad del LED. «Estos desarrollos, junto con el lanzamiento de productos punteros como nuestra premiada luminaria Aire® o nuestro kit de sustitución LED universal, KitLED®, nos permiten mirar al futuro con gran confianza», concluye el vicepresidente de operaciones.