Esta operación ha sido posible gracias a los mecanismos establecidos en Europa para controlar el uso o comercio de estas sustancias a través del sistema de expedición de licencias (ODS Licensing System) y de las comunicaciones obligatorias para las empresas que comercializan gases refrigerantes. “Una de las demandas del sector del frío para luchar contra el tráfico ilegal de gases refrigerantes es el refuerzo de los mecanismos de control aduaneros, así como el incremento de las sanciones. Esta operación es una muestra de la necesidad de seguir por este camino para detener las actividades de los traficantes”, dijo Roberto Solsona, presidente de AEFYT.
Otras de las medidas que se sugieren desde el sector tienen relación con la mejora de los sistemas vigilancia de HFC en países exportadores, la prohibición del uso de los cilindros no desechables y la mejora de la transparencia del sistema de cuotas. En España, la aplicación el Impuestos sobre Gases Fluorados de Efecto Invernadero (IGFEI) ha supuesto un incentivo añadido a la compra ilegal de gases refrigerantes ante el incremento del coste de los mismos.
El tráfico ilegal de gases refrigerantes supone un serio perjuicio medioambiental y económico para la sociedad en su conjunto. Mientras que para las empresas del sector es un lastre que frena la innovación y el cambio tecnológico en las que están inmersas en busca de la máxima eficiencia energética y la reducción de emisiones de las instalaciones frigoríficas. Cabe recordar que las mismas aseguran el confort de los ciudadanos, la seguridad alimentaria y muchos procesos industriales. AEFYT contribuye a la lucha contra el tráfico ilegal de gases refrigerantes con la notificación de las denuncias de malas prácticas que recibe a través de su Observatorio del Sector.
Las dimensiones del problema no dejan de crecer desde que la Unión Europea aprobó las restricciones a la comercialización y uso de gases refrigerantes de alto PCA (Potencial de Calentamiento Global). El estudio “Puertas abiertas: el floreciente comercio ilegal de hidrofluorocarburos en Europa” de la Agencia de Investigación Medioambiental (EIA) indica que el tráfico ilegal de este tipo de refrigerantes creció en 2018 en un 16%, lo que supone 16,3 millones de toneladas de CO2-equivalente distribuidos ilegalmente en la Unión Europea.
Esta semana ha sido especialmente intensa en Europa. Además del caso español, la policía polaca ha interceptado un alijo de 25 toneladas de refrigerantes ilegales –R13A, R404A y R410A- por valor de casi 600.000 euros y las autoridades búlgaras han encontrado 96 cilindros con 1.123,2 kilogramos de R134a y R404A. En lo que respecta a la operación de la Guardia Civil, ésta habría supuesto un beneficio económico de entre medio millón y un millón de euros, además de casi 17.000 toneladas de CO2 emitidas a la atmósfera.