El almacenamiento energético es clave en el proceso de transición hacia una economía neutra en emisiones debido a la variabilidad y a la parcial predictibilidad de las energías renovables. Este tipo de sistemas permiten hacer frente a las brechas instantáneas entre generación y demanda, lo que permite almacenar energía en los momentos en los que haya excedentes para que esté disponible cuando existan déficits. Además, el almacenamiento contribuye a la gestión de las redes eléctricas, fomenta la participación de la ciudadanía en el cambio de modelo energético y permite una mayor competencia e integración en el mercado eléctrico.
El documento forma parte del conjunto de iniciativas para la consecución de los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 y el objetivo de neutralidad climática a 2050. El almacenamiento de energía crea nuevas oportunidades en el diseño y reformas de los edificios.
La Estrategia contempla disponer de una capacidad de almacenamiento de unos 20 GW en 2030 y alcanzar los 30 GW en 2050, considerando tanto almacenamiento a gran escala como distribuido en puntos de consumo (edificios o industria).
El plazo para presentar observaciones finaliza el 9 de noviembre.
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