Establece obligaciones bajo una casuística sobre la que esta guía pretende dar información, enfatizando sobre los aspectos más importantes de esta reglamentación.
En España la calefacción representa como media el 47% del consumo de energía de un hogar. Y de forma particular, para un edificio en bloque, con calefacción colectiva, este representa cerca de un 33%. Sin embargo, estos valores medios oscilan de forma significativa dependiendo del clima, de la calidad del aislamiento del edificio, de la orientación, del rendimiento de los sistemas de generación y, sobre todo, del uso que cada usuario hace del sistema de calefacción.
Para ahorrar energía en este contexto, se puede actuar revisando el estado del aislamiento del inmueble y el rendimiento de los sistemas de calefacción, mediante la realización del certificado de eficiencia energética del edificio, de forma que un profesional nos informe sobre qué actuaciones podrían mejorar y reducir el consumo de energía.
Pero también la correcta gestión de los sistemas de calefacción puede llevarnos a obtener ahorros energéticos y consecuentemente económicos en nuestra factura.
Si nuestro edificio dispone de un sistema de calefacción individual, conocer el consumo es sencillo a través de las facturas, y actuar sobre la gestión, controlando tanto temperaturas como tiempo de funcionamiento de nuestros sistemas de calefacción, puede llevarnos a importantes ahorros.
En el caso de edificios que disponen de sistemas de calefacción centralizada, el primer paso debe ser tratar de conocer el consumo individualizado por vivienda, para poder actuar correctamente sobre la gestión.