A veces un nombre encarna el espíritu de toda una empresa. Eso mismo ocurre con Casa Capace, cuya traducción del italiano es «hogar capaz» u «hogar que tiene la capacidad de lograr». Es el nombre de un negocio con gran impacto social desarrollado por la empresa de inversión inmobiliaria DPN que está llevando las residencias para discapacitados en Australia hasta nuevas cotas.
Como empresa, DPN es, según su director general, Sam Khalil, «fanática de la excelencia en el diseño». La idea de una empresa con impacto social fue desarrollada dentro del negocio principal de DPN basado en el diseño y la construcción de viviendas de alto standing para hogares con dobles ingresos. El Plan Nacional de Seguro por Discapacidad (NDIS por sus siglas en inglés) de Australia busca sufragar a los 28 000 australianos con discapacidades que necesitan una residencia especializada. Al ver que el personal sanitario del NDIS estaba mejor preparado para aprovechar su experiencia, el gobierno invitó al sector inmobiliario comercial a que concibiera diseños estándar de residencias para discapacitados que mejorasen unas viviendas que en el pasado se han parecido más a un hospital que a un hogar.
Casa Capace de DPN aceptó el desafío. «Queríamos crear una casa de diseño en la que cualquiera que entrase dijera: ‘me encantaría que esta fuera mi casa’ y no notara de ninguna forma que ha sido construida como hogar para discapacitados», dice Khalil.
Cuando las casas piloto abrieron sus puertas a principios de este año, fueron recibidas con enorme entusiasmo por parte de los futuros residentes y del personal sanitario del NDIS, e inversores institucionales se han unido a los inversores de impacto social originales con el fin de ayudar a DPN a hacer realidad la siguiente fase del concepto de Casa Capace.
El día de la inauguración de las casas piloto, uno de los primeros residentes, Ricky, le dijo al Primer Ministro australiano, Scott Morrison, que llevaba una década postrado en una silla de ruedas tras sufrir una grave apoplejía. Casa Capace está preparada para devolverle algo de independencia. «Aunque bromeamos con que sus cinco nietos iban a convertir la vivienda en un parque temático con toda la nueva tecnología y los bancos ajustables en altura cuando lo visiten», dijo Morrison. Prevemos que a Ricky eso no le va a importar en absoluto.
Sam Khalil reconoce el mérito de todos sus socios. «Hicimos una apuesta fuerte y todos esos socios dieron un paso al frente para unirse a nosotros», dice. «Hemos colaborado aprovechando nuestros puntos fuertes para proporcionar algo que va a beneficiar a los australianos y que se convertirá en una referencia a nivel mundial. En tres meses, teníamos 200 millones de dólares de ingresos operativos,
ya hemos comprado más terreno y hay en proceso un plan de construcción de 1500 viviendas para los próximos cinco años, la mayoría en Nueva Gales del Sur, pero próximamente también en Queensland y Victoria».
Khalil sabía que sería fundamental contar con socios adecuados para el éxito de las viviendas de Casa Capace. Requerían un alto nivel de automatización, la cual debía ser segura y robusta, y poder manejarse de forma intuitiva. El distribuidor de tecnologías de edificios Ivory Egg cuenta con una gran reputación como centro de soluciones líderes y, aún así, compatibles con las de otros fabricantes. «Casa Capace
de DPN buscaba una automatización sin parafernalia, pero eficaz para cambiar a mejor la vida de las personas», afirma Simon Harvey, director nacional de ventas en Ivory Egg.
«Sabíamos que necesitábamos un socio sólido con una gran variedad de productos que pudiera satisfacer las necesidades de Casa Capace y con un tamaño suficiente como para hacerlo a escala de lanzamiento al mercado», explica Harvey. «Tenemos una gran relación con ABB, por tanto no seguimos buscamos más: ellos tienen la experiencia y el producto».
Harvey sabía que el ABB i-bus KNX era la solución adecuada para el concepto de automatización de Casa Capace. «En las viviendas de Casa Capace, KNX controla eléctricamente las puertas, la iluminación, las persianas, los televisores y la climatización, e incluso la altura de los bancos», afirma Christian Schiemann, director de desarrollo de mercados de ABB Building Automation Australia y Nueva Zelanda.
«También puede implementar escenas, como subir las persianas y encender las luces por la mañana, o encender el televisor y atenuar las luces».
El ABB i-bus KNX es un protocolo abierto y también el único que cumple con la especificación técnica para la automatización de edificios estándar de Australia (SA/SNZ TS ISO/IEC14543.3:2018) y con las normas internacionales relativas a la automatización de edificios (ISO/IEC14543-3).
Las dos primeras viviendas se inauguraron en el Oran Park de Sídney en febrero de este año. «Casa Capace cuenta ahora con un diseño y un sistema preparados para el futuro compatibles con el desarrollo continuo de tecnologías y productos», afirma Harvey. «Está diseñado para aumentar la longevidad de las viviendas. ABB es sinónimo de KNX y este estándar de protocolo abierto es parte del atractivo para DPN: no se encierra en ninguna tecnología concreta».
El día de la inauguración de las casas piloto, uno de los primeros residentes, Ricky, le dijo al Primer Ministro, Scott Morrison, que llevaba una década postrado en una silla de ruedas tras sufrir una grave apoplejía. Casa Capace está preparada para devolverle algo de independencia. «Aunque bromeamos con que sus cinco nietos iban a convertir la vivienda en un parque temático con toda la nueva tecnología y los bancos ajustables en altura cuando lo visiten», dijo Morrison. Prevemos que a Ricky eso no le va a importar en absoluto.