Los datos de este año confirman la tendencia al alza de la actividad del sector, que en 2022 creció un 8%.
Esta recuperación ha permitido una mejora de la posición financiera de las empresas, una mayor inversión en nuevas tecnologías e infraestructuras de producción y un aumento en la contratación de personal. Sin embargo, existen debilidades debido a la situación económica mundial y nacional que es probable repercutan a medio plazo. Así, entre otros factores que pueden afectar de manera negativa se pueden mencionar el aumento de la inflación a nivel global, el endurecimiento de las condiciones financieras y el empeoramiento del acceso al crédito.
De cara al 2024, según el último informe del Banco de España, se dan circunstancias de incertidumbre relevantes. A nivel internacional, destaca, como en trimestres precedentes, la evolución futura de las actuales tensiones geopolíticas y de la guerra en Ucrania. Un eventual recrudecimiento de estas conduciría, con elevada probabilidad, a un nuevo encarecimiento de las materias primas y, por tanto, a un repunte de la inflación y un deterioro de la actividad. En el ámbito doméstico, cabe señalar las dudas que persisten en cuanto al ritmo de ejecución de los proyectos asociados al programa Next Generation EU y a su impacto sobre la actividad.
Si bien, desde el sector de PCI se espera que la modificación del Reglamento de seguridad contra incendios en establecimientos industriales (RSCIEI), que probablemente se publique en marzo de 2024, contribuirá a un aumento de la actividad de instalación y mantenimiento industrial que proporcionará un aumento en la actividad y facturación general del sector.
El número de empresas del sector de protección contra incendios se mantiene en 900 compañías de más de 20 trabajadores que emplean a 18.000 personas.