5,5 millones de edificios y 9,7 millones de viviendas se construyeron en España antes de 1980, fecha en la que aparece la primera normativa sobre condiciones térmicas en los inmuebles. Y más del del 81% de los edificios tienen una calificación energética E, F y G en términos de emisiones y el 84,5% si hablamos de consumo energético. Esta situación convierte al parque edificado nacional en un auténtico sumidero de energía y generador de emisiones contaminantes que justifican una estrategia decidida en el fomento de la rehabilitación energética
Los fondos europeos Next Generation han supuesto un importante revulsivo en la renovación de un buen número de edificios, pero España todavía está lejos de las cifras contempladas en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) que estimaban necesaria la rehabilitación de 1,2 millones de viviendas, 300.000 cada año, hasta 2030.
Por este motivo, Andimat, la Asociación Nacional de Fabricantes de Materiales Aislantes, cree que es importante contar con nuevos incentivos que, tras el cese de las ayudas y subvenciones en vigor, mantengan el interés social por esta actividad.
La búsqueda de fuentes de financiación alternativas, con fórmulas público-privadas, exenciones fiscales o bonos verdes, podrían ayudar a compensar la disminución de las ayudas europeas. “Estamos estudiando diversas fórmulas para que el mercado de la rehabilitación de edificios con criterios de eficiencia energética y sostenibilidad no se resienta con el agotamiento de los fondos y ayudas vigentes”, explica el director general de Andimat, Luis Mateo.
Una de las acciones que baraja la asociación es la solicitud a los ayuntamientos españoles que tengan esa normativa de la eliminación de los impuestos y tasas asociados al aprovechamiento de la vía pública para la instalación de andamios durante las obras de rehabilitación. Para la asociación, “la instalación de estas estructuras es esencial para la ejecución segura y efectiva de trabajos de rehabilitación en edificios plurifamiliares. Sin embargo, los costes asociados con el uso de la vía pública para este propósito pueden representar una carga significativa para las comunidades de propietarios involucradas en proyectos de rehabilitación”, explica Mateo.
En este contexto, Andimat propone que los Ayuntamientos eximan o reduzcan drásticamente las tasas municipales que actualmente se aplican a la ocupación de la vía pública con andamios. Esto no solo facilitaría la realización de obras de rehabilitación, sino que también supondría un acicate para las comunidades que tendrían que efectuar un desembolso menor.
Esta petición de Andimat se suma a otras efectuadas por esta asociación que también ha solicitado que, transcurridos cinco años desde las últimas modificaciones, se revise nuevamente el Código Técnico de la Edificación (CTE) para incrementar los espesores del aislamiento tanto en obra nueva como en rehabilitación. Además, la asociación también ha reclamado que el sistema de CAES (Certificados de Ahorro Energético) considere el aislamiento a lo largo de toda su vida útil, poniéndolo al mismo nivel que otras actuaciones que también mejoran la eficiencia energética.
“Pueden parecer pequeñas medidas que, de forma independiente, no tienen gran importancia. Pero cada gesto a favor de la rehabilitación de edificios y de la instalación de materiales aislantes de calidad, jugará a favor de la renovación de nuestro entorno edificado y la creación de ciudades más eficientes y sostenibles en las que vivir”, finaliza Mateo.