Viernes, 03 Julio 2020 15:34

Back to work en edificios de oficinas: protocolos de re-commissioning y de modificaciones a realizar en las instalaciones

PRO22 Articulo 2 Foto 0Después de varias semanas con los edificios de oficinas cerrados por el estado de alarma decretado a raíz de la crisis sanitaria provocada por el Covid-19, se plantea ya la gradual vuelta a las operaciones y ocupación de los edificios de oficinas

 

 

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Para garantizar un entorno saludable en estos edificios es necesario aplicar un protocolo de “vuelta al trabajo” que garantice que los edificios están en las mejores condiciones de salubridad posibles cuando los ocupantes comiencen a volver a sus puestos de trabajo, y que se mantengan así en el tiempo. 

La relación de los contaminantes microbiológicos (como los virus) con las instalaciones de los edificios está ampliamente documentada:

Los desinfectantes y la limpieza los eliminan.

La ventilación los diluye.

La luz ultravioleta los desactiva.

Los filtros de eficacia tipo F8 y F9 los detienen en un grado razonable.

La adecuada humedad relativa interior dificulta su desarrollo.

Este artículo, desarrollado por un amplio grupo de trabajo de JG Ingenieros, pretende recoger el conjunto de medidas estructurales que permitan garantizar esta condición de salubridad. El punto de partida debe ser la puesta a punto de estos edificios (re-commissioning) previa a la ocupación de los mismos. Aunque el foco debe ponerse en las instalaciones de climatización, también deben revisarse las instalaciones mecánicas, eléctricas y de seguridad. 

A continuación, se plantean un conjunto de intervenciones en el propio edificio para facilitar el mantenimiento de esas condiciones de seguridad. Se recogen las posibles modificaciones en los sistemas de climatización, y la incorporación de elementos de tecnología Smart para la monitorización y gestión de esas condiciones ambientales interiores.

RE-COMMISSIONING DE LOS EDIFICIOS 

Antes de la entrada de usuarios, será necesaria una desinfección a fondo de las oficinas, mediante los sistemas habituales, y la re-activación de todos los protocolos de mantenimiento que pudieran estar suspendidos por la crisis, especialmente los que afectan a la seguridad de las personas: protección contra incendios, aparatos elevadores, legionella, etc. 

Respecto a las instalaciones y sistemas de los edificios, es necesario realizar unos trabajos preliminares y auditoría que los verifique, que son los siguientes:

Instalaciones de climatización

 Substitución o limpieza de los filtros de las unidades de tratamiento de aire (climatizadores, fan-coils, equipos autónomos).

  Comprobación y ajuste de los caudales de aire de las unidades climatizadoras y de aportación de aire exterior. Respecto a la aportación de aire exterior, actuar para que se aumente el caudal a lo máximo posible y validar el resultado con mediciones. El RITE para IDA 2 recomienda 12,5 l/s-persona de aire exterior. En la medida de lo posible, modificar la instalación para acercarse a los requisitos exigibles para edificios que requieren IDA 1, es decir 20 l/s-persona (calidad de aire hospitalaria, diseñada para minimizar el riesgo de infecciones). Esta modificación comportará un mayor consumo energético de la instalación de climatización.

  Confirmar que las descargas de las extracciones de los sistemas de aire (tanto generales como aseos u otros) se encuentran alejadas de las tomas de aire exterior. En caso contrario, modificarlas para que se garantice esa independencia.

 Limpieza general de difusores y rejillas.

 

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Sistemas de recuperación de calor: Los recuperadores de rueda entálpica deben pararse para evitar posibles re-contaminaciones del aire de entrada con el aire de extracción. En los recuperadores de flujos cruzados, hay una posibilidad remota de reentrada por posibles fugas de aire, pero no es relevante. Los recuperadores de doble batería son seguros y pueden usarse sin limitaciones.

Confirmar que la humedad relativa interior se encuentra entre 40 y 60%, o ajustarla en su caso. La baja humedad del aire (<30%) provoca el resecamiento de las vías respiratorias haciéndolas más vulnerables a las infecciones, y favorece la rápida creación de núcleos de gotas al secar las gotículas dejando los sólidos en suspensión con capacidad infectiva por más tiempo.

 Comprobar el correcto funcionamiento de los equipos de producción energética (enfriadoras y calderas). Hay que tener la máxima disponibilidad de dichos equipos debido al posible aumento de consumo energético por el aumento de aire exterior.

Respecto a los equipos terminales (fan-coils, VRV), convendría fijar su operación a velocidad mínima, para reducir al máximo la inducción de aire de estos equipos. Para compensar la menor capacidad térmica de estos equipos, se debería intentar climatizar el ambiente interior con el climatizador de aire primario (bajando la temperatura de impulsión si es preciso), o utilizando la ventilación natural a través de las ventanas, si fuera posible.

 

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Otras instalaciones 

Validar el correcto funcionamiento de los sistemas eléctricos de emergencia, como grupos electrógenos (comprobar reserva de combustible) y SAI.

Comprobar el correcto funcionamiento de sistemas de aviso de alarmas y actuaciones de emergencia.

Abrir todos los grifos de agua y dejarla circular unos minutos para renovación. Especial importancia de vaciado y limpieza de los depósitos de agua de cafeteras, fuentes y similar.

Comprobar el correcto funcionamiento de los grupos de presión.

Comprobar el correcto funcionamiento de los sistemas de cloración y descalcificación. En los depósitos de agua sanitaria se deberá contrastar con las analíticas o registros realizados durante el periodo de confinamiento. En caso de no poder dar garantías de la correcta salubridad del agua, será necesario vaciado y limpieza profunda.

Agua caliente sanitaria: Realizar un proceso preventivo de tratamiento anti legionella (mediante cloración o choque térmico). 

Se recomienda también efectuar una auditoría de calidad ambiental previa a la ocupación de las oficinas y una vez realizados los procedimientos de limpieza y re-commissioning de las instalaciones.

Repaso y actualización de los contratos y procesos y registros de mantenimiento y limpieza. Garantizar la aplicación de dichos procedimientos con registros de actuación. Recomendable el uso de una herramienta informática de Facility Management.

MODIFICACIONES EN EDIFICIOS EXISTENTES 

Además de la realización de un re-commissioning de las instalaciones del edificio, será conveniente introducir mejoras y modificaciones en las mismas, incorporando también equipos complementarios para mejorar las condiciones de seguridad y salud del edificio.

Maximizar la cantidad de aire exterior para diluir la eventual concentración del virus

Si el ambiente exterior lo permite, para mejorar la calidad de aire interior del edificio, hacer funcionar los sistemas de aportación de aire exterior y extracción de aire viciado 24 horas al día, 7 días por semana, en caudal reducido cuando no haya ocupación en el edificio. Como alternativa, arrancar los sistemas de renovación de aire dos horas antes de la ocupación del edificio, y mantenerlos operativos hasta dos horas después de la desocupación del mismo. 

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Anular si es posible los sistemas de recirculación de aire, aunque esto provoque un aumento del consumo energético. Si esto no es posible, se deberá estudiar la instalación de conjuntos suplementarios de filtros de alta eficacia + ventilador para conseguir filtrar el aire de recirculación para la retención de partículas, antes de que pueda volver a ser introducido en el ambiente.

La renovación del aire tendrá poco efecto sobre las gotículas infectadas más grandes (>10 micras) ya que se depositan rápidamente, y deberán controlarse con la higiene de superficies, pero sí que será efectiva frente a las más pequeñas (5 micras) que pueden permanecer horas en suspensión en los ambientes cerrados. 

Si las condiciones térmicas lo permiten y calidad del aire de exterior es satisfactoria, se puede aportar aire por ventilación natural a través de las ventanas.

Filtrar el aire con elementos de alta eficacia, especialmente el aire que se va a recircular

Instalar filtros de aire de clase F9 en climatizadores y sistemas de aportación de aire exterior. Un filtro de clase F9 es capaz de retener un 70%-80% de las partículas de 0,1 micras y un filtro de clase F7 sólo un 50%-60%. Es decir, los filtros pueden tener un efecto considerable en la reducción de la carga vírica ambiental, incluso en el improbable caso de que el virus se encontrase como una partícula aislada. Normalmente las emisiones humanas se producen dentro de una gota de fluido corporal (saliva, flemas, mucosidades, etc.) y por tanto van agrupadas en gotas o conglomerados de partículas que suelen tener tamaños más grandes, lo cual incrementa la capacidad de eliminación de dichos organismos mediante filtros.

Otra tecnología muy interesante para la reducción de carga vírica en el sistema de climatización es la lámpara UV (ultravioleta). Esta tecnología de esterilización permite eliminar virus y bacterias, aunque con condicionantes: es sumamente efectiva con el aire en estático o a una velocidad muy reducida (menor que 1,5m/s, por ejemplo). Por consiguiente, se desaconseja totalmente su instalación en conductos por sus velocidades de paso elevadas, ya que su efecto sería muy bajo. En cambio, sí resulta una opción a contemplar para instalar antes de los filtros para eliminar los virus atrapados o en las bandejas de condensados para eliminarlos del agua condensada.

En las unidades terminales de tratamiento de aire (fan-coils, unidades autónomas de conducto) pueden instalarse sin mucha dificultad equipos de ionización de plasma, que atrapan las moléculas de agua que rodean los agentes patógenos (virus, bacterias, etc.) y eliminan el hidrógeno que rodea el virus y que éste necesita para su supervivencia. Se ha demostrado una capacidad de inactivación de virus (gripe común, gripe aviar) de un 99% para exposiciones de unos 30 minutos.

Tratamiento específico por zonas

Despachos cerrados unipersonales con unidad exclusiva de fan-coil o inductor o viga fría: el aire recircula sólo dentro de la misma sala, por lo que no se prevé problemas de mezcla con el aire de otras áreas.

Salas de reuniones con ocupación por varias personas: La distancia entre las personas y el uso de mascarillas será imprescindible para evitar que las partículas pasen de unas personas a otras. No es posible garantizar la no mezcla del aire ni el movimiento de partículas entre personas. Aforo limitado al 50% de su capacidad.

Zonas diáfanas ocupadas por varias personas: En principio estarán habitualmente tratadas con sistemas de difusión de aire con alta inducción. Los sistemas de difusión de aire mezclan el aire aportado con el aire ambiente, provocando turbulencias y arrastre de aire de otras zonas. Ello implica que puede mover de forma impredecible las partículas desde unos puestos de trabajo a otros. Se deben analizar posibilidades de reducción de inducción. Con la reducción de la ocupación, estudiar la posibilidad de sustituir placas de difusores de alta inducción (por ejemplo, difusores rotacionales) por placas de baja inducción o rejillas de impulsión vertical a baja velocidad. Ello podría implicar que las velocidades residuales en los puntos bajo los elementos de difusión sean demasiado elevadas y el puesto de trabajo no sea habitable en este punto. Se deberá estudiar las afectaciones en cada distribución de difusión y de puestos de trabajo. 

Zonas comunes de circulación, vestíbulos: Maximizar la ventilación de renovación de aire interior.

 

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Escaleras: Ver posibilidad de ventilación natural o puesta en marcha de la ventilación forzada de forma permanente.

Ascensores: Ventilación interior no garantizada. Uso de mascarillas obligatorio para todos los usuarios del ascensor.

 

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Purificadores de aire ambiente

Los purificadores de aire ambiente son un buen complemento para limpiar el aire interior de una estancia. El sistema se basa en un ventilador que hace recircular el aire a través de un filtro de alta eficacia que atrapa las partículas contenidas en el aire. 

Existen diferentes tecnologías para llevar a cabo el proceso de filtración, entre las que destacan:

Filtros HEPA: Es el sistema más efectivo y con más garantías de retención de partículas. La eficiencia en la filtración es sumamente elevada y aunque la molécula sea muy diminuta es igualmente atrapada debido a que su vibración provoca en algún momento contacto con las fibras. El mantenimiento asociado a esta tecnología se basa en el cambio de filtro únicamente y llevan asociado un ventilador y atenuación acústica. Son equipos que permiten realizar de 2 a 4 movimientos hora de aire interior, pasando éste por los filtros. No reemplaza la necesidad de llevar mascarilla dentro de los espacios de trabajo compartidos, pero reduce de forma considerable la concentración de partículas. Por ejemplo, para un equipo que realice 4 renovaciones por hora de un espacio, en un tiempo de 70 minutos habrá retenido el 99% de las partículas presentes en el aire.

Ionización de plasma en frío: Este sistema se basa en la creación de iones para que atrapen moléculas de agua que rodeen los agentes patógenos (virus, bacterias, etc.) y eliminen el hidrógeno que rodea el virus y que necesita para su supervivencia. Esta tecnología también ha resultado efectiva en la disminución de moho en ambientes cerrados y en la disminución del desarrollo de ácaros. Estos sistemas no requieren mantenimiento y simplemente se debe lavar cada cierto tiempo. No reemplaza la necesidad de llevar mascarilla dentro de los espacios de trabajo compartidos, pero reduce la concentración de partículas.

Estos equipos se pueden distribuir por los espacios ocupados de manera que se asegure entre 2 y 5 movimientos cada hora. El equipo, que solamente necesita una toma de corriente, irá limpiando el aire de su alrededor y es por este motivo que resulta interesante distribuirlos equitativamente en toda la zona ocupada. Muchos de estos equipos llevan incorporado un panel de control donde se puede gestionar su funcionamiento y sus operaciones de mantenimiento. 

Soluciones Smart de monitorización y gestión de las condiciones interiores del edificio

Varias son las soluciones y aplicaciones tecnológicas que pueden ayudar a conocer en tiempo real las condiciones de operación del edificio desde el punto de vista de su salubridad. La mayoría de estas soluciones son “plug and play” y de fácil instalación en edificios existentes. Se pueden considerar las siguientes:

Control de acceso de aparcamiento con lector de matrículas: Se reduce el contacto físico con los controles de acceso.

Gestión del aparcamiento:  Gestionar las plazas de forma que dos vehículos aparcados estén separados como mínimo por una plaza. Se pueden bloquear plazas e indicar con led rojo que no pueden utilizarse, así se garantiza el distanciamiento y se evitan posibles contactos entre personas.

Control de accesos con reconocimiento facial y apertura automática de puertas. Este sistema permite además registrar la temperatura de las personas que acceden al edificio e identificar si llevan mascarilla o no.

Control de accesos de proximidad, sin contacto, como alternativa al anterior sistema. Lector de tarjeta sin necesidad de contacto. 

Control de cumplimiento de higiene de manos (dispensador de gel con sensores y contadores) en los accesos principales y desde el aparcamiento. Aunque pueda vincularse con la apertura de puertas, puede ser interesante tener un sistema de monitorización de la higiene de manos en el momento en que el usuario entra en el edificio. 

Señalización y comunicación digital: Pantallas de contenido actualizables y dinámicas que permiten la interacción digital con el usuario del edificio para facilitar información sobre ocupación de salas, localización de departamentos, puestos de trabajo, recorridos de evacuación, políticas de educación sostenible y promoción de la salud (recordatorio higiene manos, uso mascarillas); así como también información personalizada para el usuario.

Posicionamiento interior de personas: para conocer recorridos de personas que pudieran ser diagnosticadas posteriormente como positivas. Es importante garantizar la cobertura wifi en todo el edifico para poder realizar esta función.

Análisis de vídeo inteligente: permite analizar vídeos y extraer datos específicos como el comportamiento, estado de salud (análisis termográfico) y actitudes de las personas grabadas. También permite verificar si se cumple el distanciamiento social de 2 m e identificar si los inquilinos llevan mascarilla o no.

Conteo de personas: control de la afluencia de personas y ocupación de ciertos espacios. Vinculado con la señalización y comunicación digital, puede indicarse por pantalla aquellas plantas/zonas/salas que ya han llegado al aforo máximo permitido y así evitar desplazamientos de personas innecesarios.

Reserva de salas: Si se tiene control sobre el uso de las salas, puede limitarse el número de reservas, regular la climatización en función del uso de las mismas, gestionar la limpieza entre una reunión y la siguiente, o simplemente bloquear la sala porque ya se han realizado el número máximo de reuniones permitidas en el día.

Reserva de espacios individuales: Si se tiene control sobre la ocupación de escritorios, se puede hacer una asignación remota de usuario-puesto de trabajo, de forma que el trabajador ya sabe dónde tiene que sentarse sin merodear por la oficina, se tiene trazabilidad de quién se ha sentado en cada escritorio, se pueden alternar las reservas y así gestionar mejor la limpieza. Se pueden asignar escritorios más o menos cercanos a un mismo equipo de trabajo y así evitar la circulación de empleados por la oficina.

Asistentes virtuales (Siri, Alexa): Accionamiento por voz de ciertos sistemas o rutinas del edificio con la intención de minimizar el contacto físico.

Limpieza de espacios según ocupación: gestión de las tareas de limpieza teniendo en cuenta las zonas más frecuentadas y salas ocupadas. Muy importante en la gestión de los aseos y vestuarios. Conteo de personas y “semáforos” que indiquen cuando se puede entrar en función del aforo establecido y así reducir el riesgo. Cuando el uso del aseo llegue a determinados servicios, alertar al servicio de limpieza. 

Sistema de gestión de la recogida de residuos: gestión de la recogida de residuos según el grado de llenado de los contenedores. 

Monitorización de la calidad ambiental en tiempo real (T, HR, CO2, VOC, PM): control de la calidad del aire de un recinto, incluyendo control de la temperatura, humedad, CO2 y partículas. 

Control de la calidad del agua en tiempo real para la prevención de legionella: sistema de monitorización que controla la cantidad de biofilm que se forma en una instalación y en función de los umbrales definidos, pone automáticamente en funcionamiento el sistema de tratamiento. Sólo para instalaciones con torres de refrigeración.

Sistema informático de gestión y seguimiento del mantenimiento: sistema de gestión integral de la explotación de las infraestructuras, combinado con el mantenimiento predictivo de equipos específicos. 

Robots que patrullan por el recinto de forma autónoma con funcionalidades como:  reconocimiento facial, detección de gases nocivos, identificación de ruidos anormales, alarma de incendios, análisis de comportamiento, lectura de matrículas, cámara termográfica, etc.

Taquillas multiservicio ubicadas en el hall o aparcamiento del edificio que funcionan como punto de recogida de servicios y paquetes para empleados y ocupantes del edificio, controlando el acceso a la taquilla a través de una App móvil. Gracias a la implementación de este sistema de gestión de la paquetería y mensajería, se evita la entrada innecesaria de los repartidores a la recepción de cada una de las oficinas del edificio, reduciendo así el riesgo de contagio.

Taquillas electrónicas modulares para el almacenamiento de objetos y carga de dispositivos electrónicos personales, con una variedad de métodos de acceso diferentes como: lectores biométricos, tarjetas, código PIN, etc. Implantando esta solución, los empleados pueden guardar sus objetos personales en un espacio seguro y desinfectado de forma que otros usuarios no puedan tocarlos, reduciendo así el riesgo de contagio por contacto. En caso de disponer de vestuarios, los usuarios que utilicen el transporte público o se desplacen a la oficina haciendo algún tipo de deporte, tendrán la posibilidad de cambiarse de muda favoreciendo así la higiene y seguridad en el trabajo.

 

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