Pero si bien sus beneficios pueden resultarnos muy evidentes, quizás no lo sea tanto la problemática que se deriva de la gestión de sus residuos. Estos equipos son considerados residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), esto es, los componentes, consumibles y subconjuntos que forman parte del producto, procedentes tanto de usos domésticos como profesionales, a partir del momento en que finaliza su ciclo de vida útil.
El adecuado reciclaje de los RAEE persigue dos grandes objetivos. En primer lugar, evitar el impacto negativo que pueden suponer para el medio ambiente y la salud de las personas debido a la presencia de sustancias potencialmente tóxicas. Entre otras, podemos mencionar elementos como el mercurio, el cadmio, los metales pesados, los retardantes de llama de algunos plásticos o determinados gases refrigerantes, todos ellos elementos que pueden perjudicar gravemente el entorno natural y la salud humana y animal si no se someten a los procesos de descontaminación y tratamiento adecuados.
Por otra parte, los RAEE contienen una gran variedad de materiales como el hierro, el cobre, el aluminio o las tierras raras, entre muchos otros. Es fundamental por tanto que podamos recuperar y valorizar la máxima cantidad de materiales contenidos en los residuos, evitando el desgaste de unos recursos naturales finitos y cada vez más escasos, y contribuyendo a impulsar un modelo de economía circular.
No obstante, la gestión de los aparatos de climatización y refrigeración al final de su ciclo de vida útil resulta compleja, debido a la abundante normativa y las numerosas responsabilidades que los instaladores y distribuidores deben asumir, por lo que son necesarias soluciones que faciliten su adecuado tratamiento ambiental y aseguren el cumplimiento de todos los requisitos normativos.
¿Por qué es importante reciclar los equipos de climatización?
Los equipos de climatización y refrigeración, como los aires acondicionados, presentan una problemática ambiental específica debido a algunos de los componentes y sustancias presentes en los aparatos. Entre estas destacan los aceites y gases clorofluorocarburos (CFC), considerados como sustancias con potencial de agotamiento del ozono (ODP) y potencial de calentamiento global (PCG), e hidroclorofluorocarburos (HCFC), gases fluorados considerados como gases de efecto invernadero por su potencial de calentamiento, uno de los factores propiciadores del cambio climático que afecta a nuestro planeta.
También pueden contener otros gases como los hidrofluorocarburos (HFC), perfluorocarbonos (PFC) o el hexafluoruro de azufre (SF6), que se emplean como sustitutivos de las Sustancias que Agotan la Capa de Ozono (SAO) y que, si bien no afectan a dicha capa, siguen teniendo potencial de calentamiento y de contribuir al efecto invernadero.
Debido a la presencia de estos gases, los aparatos de climatización y refrigeración son considerados residuos peligrosos. Debemos tener presente que evitar sus emisiones equivale a reducir la emisión de CO2 a la atmósfera, por lo que el papel del instalador es crucial en la adecuada gestión de este tipo de residuos.
Para hacernos una idea del potencial impacto negativo que una mala gestión de estos equipos puede ocasionar podemos considerar que, para absorber la cantidad de CO2 que un solo aparato de aire acondicionado mal gestionado puede llegar a emitir a la atmósfera, son necesarios 200 árboles trabajando durante todo un año, o lo que es lo mismo, retirar cerca de 250 coches de gasolina de la circulación durante todo un día.
Además de estas sustancias, los equipos contienen también elementos potencialmente peligrosos, entre los que destacan los condensadores con placas de circuito impreso, o los materiales pirorretardantes bromados, que necesitan procesos de tratamiento específicos.
Pero el problema no es solamente la gestión de sus componentes, sino la recuperación de los residuos. Los niveles de recogida de residuos de aire acondicionado distan de los niveles óptimos deseables, debido a que no llegan a los canales adecuados para su reciclaje.
Uno de los motivos principales es el valor económico que algunos de sus componentes pueden alcanzar, como es el caso de los metales férricos y no férricos, el aluminio o el cobre, que favorecen que se vendan de forma irregular a gestores sin la debida autorización para su tratamiento.
¿Cuáles son las responsabilidades de instaladores y distribuidores?
La normativa vigente sobre gestión de RAEE se ha desarrollado en nuestro país a través del Real Decreto 110/2015 y la Ley 22/2011 de Residuos y Suelos Contaminados, que regulan la práctica totalidad de las fases de la gestión de los RAEE, entre las que hay que destacar las medidas para mejorar la trazabilidad de estos residuos y sus requisitos técnicos de tratamiento.
La normativa establece que los productores deben restringir la presencia de determinadas sustancias en la fabricación de aparatos, limitando los gases presentes en los equipos, y financiar la gestión de los residuos en función de las cantidades que ponen en el mercado a través de un Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP), como es el caso de ECOTIC, entidades sin ánimo de lucro dedicadas a establecer, desarrollar y gestionar sistemas de recogida, tratamiento y control de los residuos.
Por otra parte, establece que los distribuidores sólo podrán trabajar con aquellos productores que estén inscritos en el Registro Integrado Industrial. Además, deben asegurar la recepción y almacenaje de los residuos cuando los usuarios adquieran un nuevo aparato doméstico de tipo equivalente, el denominado 1x1, y facilitar y promover la recogida de los residuos a través de sus centros de venta.
Por último, los instaladores son considerados como productores de residuos, por lo que tienen una serie de obligaciones legales que deben cumplir, como el registro como productor de residuos en el Registro de Productor de la Comunidad Autónoma correspondiente. Tienen además la obligación de realizar una adecuada instalación o desinstalación de los equipos, ajustándose a los protocolos técnicos que conforman las buenas prácticas profesionales, evitando las emisiones a la atmósfera. Y una vez desinstalados, deben gestionar el aparato de forma correcta mediante gestores autorizados, y disponer de un archivo cronológico en la plataforma electrónica o recopilación de los albaranes de entrega a un gestor de residuos.
Además, en España el Real Decreto 115/2017 sobre gases fluorados y la Ley 22/2011 de Residuos y Suelos Contaminados desarrollan la regulación sobre la compra, venta y manipulación de gases fluorados y de sistemas de climatización doméstica. Esto atañe tanto a los equipos en los que se encuentran presentes los gases, como a la certificación de los profesionales que los utilizan, estableciendo los requisitos técnicos para las instalaciones que desarrollen actividades que emitan gases fluorados.
También hay que tener presente la normativa sobre traslados. El Real Decreto 553/2020, por el que se regula el traslado de residuos en el interior del territorio del Estado, introduce importantes novedades que afectan a las empresas instaladoras, como el contrato de tratamiento que debe incluir la estimación de la cantidad y periodicidad de los traslados, incluyendo el origen y destino y su tratamiento final, y la identificación mediante codificación LER, según la Lista Europea de Residuos.
En caso de incumplimiento de todas estas obligaciones, la normativa vigente establece un régimen de sanciones graduadas desde leves hasta muy graves, que puede conllevar sanciones económicas, la inhabilitación temporal o definitiva de la práctica profesional, o incluso el cierre definitivo de las instalaciones.
Podemos afirmar por tanto que, si bien todos los actores que intervienen en el ciclo de vida de los aparatos tienen su cuota de responsabilidad, en el caso de los distribuidores e instaladores de aparatos su compromiso es fundamental, ya que disponen de un acceso privilegiado al residuo y una gran responsabilidad de realizar una adecuada manipulación y traslado para evitar su potencial impacto negativo en el medio ambiente.
¿Qué soluciones para el reciclaje tienen a su disposición?
Como se desprende de todo lo que hemos desarrollado, el principal escollo para la correcta gestión de los RAEE que afrontan los instaladores y distribuidores es la abundante y compleja normativa, así como numerosos requisitos técnicos relacionados con la manipulación de los equipos y sus residuos, que en ocasiones produce situaciones de duda o incertidumbre.
Con el objetivo de facilitarles esta gestión, ECOTIC impulsa el programa Ecoinstaladores, una iniciativa que tiene un doble objetivo: concienciar a los instaladores sobre la importancia de llevar a cabo su correcta desinstalación, y aumentar la recogida de residuos procedentes de equipos de aire acondicionado y de otros aparatos de refrigeración como los de frío industrial.
Ecoinstaladores, que cuenta con el soporte de las principales asociaciones sectoriales a nivel nacional, ofrece de forma gratuita asesoramiento y formación sobre la adecuada desinstalación de los equipos y gestión de sus residuos, y reconoce el compromiso de aquellos instaladores y empresas que realizan una desinstalación responsable y cumplen con los estándares de calidad y buenas prácticas establecidos.
Mediante la adhesión al programa, los instaladores pueden disfrutar de beneficios como una compensación económica por la entrega de los aparatos completos (unidad exterior e interior), derivada de los costes de logística inversa y almacenaje de los residuos, o la recogida sin coste de los residuos en sus propias instalaciones.
Los instaladores adheridos al programa pueden además delegar en ECOTIC la tramitación documental necesaria para la correcta gestión de los residuos, como el Número de Identificación Medio Ambiental (NIMA) y el contrato de tratamiento con gestor autorizado.
También les facilita un distintivo que les identifica como Ecoinstaladores, poniendo en valor las buenas prácticas profesionales en la desinstalación de los aparatos, y que pueden usar como elemento de comunicación en sus establecimientos y vehículos para mostrar su compromiso con el medio ambiente.
En definitiva, Ecoinstaladores ofrece a los instaladores una solución global para el reciclaje de los RAEE, asegurando que cumplen con todas sus responsabilidades y con el adecuado tratamiento ambiental de sus residuos, y contribuyendo con ello a avanzar hacia la sostenibilidad ambiental y del sistema productivo.