Para conocer más a fondo las particularidades de este sector entrevistamos al Gerente de AEFYT, D. Manuel Lamúa Soldevila.
¿En qué año se creó AEFYT? ¿Es realmente una continuación de la extinguida ANEFRYC?
AEFYT es la asociación representativa del frío en España, agrupa a más de 190 empresas asociadas directas y 330 contando las pertenecientes a asociaciones provinciales asociadas que suponen alrededor del 70% de la facturación del sector del frío y que se caracterizan por su gran dinamismo en cuanto a innovación y creación de empleo. Se refundó en el año 2012 dando continuidad a la labor iniciada por su predecesora.
¿Qué grupos sectoriales se integran en la Asociación?
En AEFYT están representadas todos los subsectores del frío: frío industrial, comercial, de hostelería, acondicionamiento de aire y bomba de calor, agrupando a empresas fabricantes, distribuidoras e instaladoras, fundamentalmente es una asociación de empresas instaladoras frigoristas; uno de nuestros retos de futuro es dar mayor presencia a las Empresas instaladoras. Todas ellas configuran una radiografía completa de la industria del frío en España.
¿Cuáles son las principales funciones que desarrolla AEFYT?
AEFYT es interlocutor con las administraciones públicas (europeas, estatales y autonómicas) sobre todos aquellos temas que afectan a la industria del frío. Participamos activamente con nuestro asesoramiento técnico en las mesas de trabajo de redacción de nuevas normativas, entre las que se puede mencionar por estar entre las recientes, el nuevo Reglamento de Seguridad para Instalaciones Frigoríficas (RSIF) o la Norma UNE 100030 que establece el marco de prevención y control de la Legionella.
Otra de nuestras grandes líneas de trabajo está centrada en la formación. Desarrollamos numerosos cursos que abordan cuestiones técnicas y prácticas con el objetivo de cubrir aquellos aspectos a los que la educación reglada no puede llegar por ser muy actuales o muy concretos.
Por último, prestamos asesoramiento a nuestros asociados en cuestiones técnicas, legislativas, fiscales o económicas a través del Comité Técnico y expertos externos en dichas materias.
El sector de la Refrigeración ha tenido un importante crecimiento en los últimos años, ¿el sector alimentario y hostelero son quizás los más beneficiados?
Sí, el frío ha sido una de las tecnologías que más se ha desarrollado en respuesta al dinamismo de ambos sectores que son los principales activos de la economía española en lo que se refiere a su aportación al PIB.
¿Cuáles son los puntos más conflictivos actualmente?
Una de nuestras grandes preocupaciones se centra en el mercado ilegal de gases refrigerantes. Se trata de un problema que ha hecho saltar las alarmas en toda Europa y que, en España, tiene el agravante del Impuesto sobre Gases Refrigerantes de Efecto Invernadero (IGFEI) que ha constituido un efecto llamada. Esta práctica está haciendo un gran daño económico y medioambiental al sector y consideramos urgente la toma de medidas para frenarlo.
A raíz del Nuevo Reglamento sobre gases fluorados, parece que los refrigerantes naturales vuelven a tener protagonismo. ¿Podría ampliarnos información sobre esta nueva tendencia y sus causas?
El Reglamento F-Gas ha puesto ambiciosos objetivos de reducción de emisiones de CO2 a los que los refrigerantes naturales –principalmente CO2 y Amoniaco- han sabido responder con eficacia. Los fabricantes se han volcado en el desarrollo de instalaciones frigoríficas con este tipo de refrigerantes y en solventar los problemas que pudieran presentar, sobre todo relacionados con el rendimiento frigorífico y con la seguridad.
La industria del frío ha hecho un ingente esfuerzo para responder a los retos de la transición medioambiental y los refrigerantes naturales son un pilar muy importante en este sentido. Cabe subrayar, en todo caso, que la reciente regulación de los refrigerantes A2L viene a completar un portfolio de gases refrigerantes con capacidad de responder con eficacia a múltiples necesidades y que unos y otros convivirán sin problemas en el mercado.
El uso del CO2 como refrigerante no solo lo vemos en instalaciones comerciales, sino también en ciertas instalaciones de refrigeración industrial. ¿Cómo está asimilando el mercado estos cambios?
Sí, el desarrollo del CO2 ha tenido su máxima expresión en el frío comercial, pero estamos viendo interesantes aplicaciones también en la industria, especialmente en sistemas en cascada y su utilización como fluido frigorífero en sistemas de transmisión indirecta. El mercado es consciente de la necesidad de avanzar en soluciones eficientes energéticamente y el nivel de inversión es importante, si bien echamos en falta ayudas hacia el usuario final que faciliten el cambio.
El control de fugas de refrigerante en una instalación es ahora un punto importante, en parte al elevado coste del mismo. ¿En su opinión cree que también ha surgido una concienciación ecológica para no contaminar el planeta?
La industria del frío es perfectamente consciente de la necesidad de abrazar la transición ecológica. Debemos ser realistas y saber que la eficiencia energética es necesaria para ser competitivos en el mercado actual y, además, puede constituir una interesante oportunidad de negocio y crecimiento. Los gases refrigerantes son responsables de menos del 0.8% del impacto total de emisiones según la Administración Nacional del Océano y la Atmósfera de los EEUU y, a pesar de ello, hemos sido castigados con planes de ajuste muy rigurosos. Pero la industria del frío ha respondido con valentía, compromiso y responsabilidad a este llamamiento.
En este marco, el control de fugas es un elemento muy importante y se están desarrollando sistemas de control automático de fugas que van a suponer un antes y un después a este problema.
La legionela también es otro caballo de batalla en las instalaciones de refrigeración por agua. ¿Podemos afirmar que este problema en las torres de refrigeración actualmente está totalmente controlado? ¿Y que el uso de las mismas sigue siendo eficaz y rentable energéticamente?
Lo primero que debemos saber es que los casos y brotes de legionela vienen en su mayor parte de los sistemas de agua caliente sanitarios. Los equipos de refrigeración evaporativa han estado sometidos, de manera injusta, a una gran presión administrativa y mediática que, desgraciadamente, ha conducido a la sustitución de un porcentaje de estos equipos por otros mucho menos eficientes energéticamente.
Para realizar un control eficaz de la legionela, en torres de refrigeración y otras instalaciones de riesgo como sistemas ACS, fuentes o spas, solo es necesario cumplir los requisitos del Real Decreto 856/2003 de 4 de julio por el que se establecen los criterios higiénico-sanitarios para la prevención y control de la legionelosis.
En el caso de los equipos de refrigeración evaporativa hemos ido más lejos y el avance tecnológico nos ayuda a controlar todavía mejor este problema, además, de hacerlos más eficaces y rentables energéticamente. De hecho, hace ya más de tres años que no se registra un brote asociado a torres de refrigeración en España.
Podemos afirmar que la refrigeración evaporativa es una tecnología que presenta la mejor relación entre inversión económica y eficiencia energética para múltiples aplicaciones de frío industrial y residencial. Además, es absolutamente respetuosa con el medioambiente en cuestiones como, por ejemplo, el uso responsable del agua –se reutiliza más del 90% y el resto es devuelto al ambiente en forma de vapor de agua limpio-.
¿Podemos afirmar que las instalaciones de refrigeración son cada vez más eficientes energéticamente?
Sí, sin duda. Tanto en refrigeración industrial como comercial, la industria del frío ha hecho un gran esfuerzo en I+D que ha llegado ya a los usuarios finales. Como comentaba antes, la eficiencia energética es una garantía de futuro y de competitividad.
El nuevo RSIF, pendiente de aprobación, ¿va a clarificar el sector e impedir el intrusismo en el mismo? ¿O por el contario va a complicar las instalaciones y el mantenimiento encareciéndolos?
El Real Decreto 20/2018 de 7 de diciembre, de medidas urgentes para el impulso de la competitividad económica en el sector de la industria y el comercio en España ha sido un paso previo a la inminente aprobación del RSIF, en cuya redacción AEFYT ha participado activamente presentando la propuesta inicial del mismo y colaborando en el grupo de trabajo creado por el Ministerio para consensuar el texto definitivo, tal como ha venido ocurriendo desde la redacción de la primera edición de 1977.
Estimamos que sí va a contribuir a beneficiar a los instaladores legales, sin que esto tenga porqué suponer un incremento de costes, frente a la gran lacra del intrusismo profesional.
En el Summit de EUROVENT celebrado recientemente, en el que participó activamente AEFYT, entre otros destacó la transformación digital de los equipos y la comunicación de los mismos vía internet (IoT). A pesar de las ventajas que esto supone para el control y mantenimiento de las instalaciones, ¿cree que se genera un nuevo problema a tener en cuenta como es la ciberseguridad?
La transformación digital de los equipos no es una opción y las empresas de la industria del frío son conscientes de ello. Las ventajas del control automático de las instalaciones son ingentes y redundarán en beneficios en términos de eficiencia energética y de eficiencia en el funcionamiento de los equipos de cara al usuario final. Dicho esto, la implementación de sistemas de control automático debe hacerse con las garantías de funcionamiento necesarias y, dentro de ellas, la implementación de sistemas de seguridad robustos y escalables es una condición imprescindible.
¿Algo más que añadir?
No, salvo subrayar que AEFYT es la asociación empresarial representativa, a nivel nacional, del sector del frío y que mayoritariamente agrupa a empresas frigoristas pequeñas, medianas y grandes, todas ellas muy cualificadas y solventes, capaces de manipular cualquier tipo de refrigerantes HFC, HFO, HC, R717, R744, etc.
Otro asunto muy importante que AEFYT tiene el compromiso de fomentar es la presencia de la mujer en todos los puestos de trabajo de las empresas asociadas como valor añadido de eficacia, inteligencia emocional, responsabilidad, sensibilidad y un aporte de justicia de la igualdad de género.
